sábado, 4 de octubre de 2014

EVALUACIÓN EDUCATIVA DEL DESEMPEÑO INSTITUCIONAL


La labor docente a diferencia de otras disciplinas, es un labor que conlleva trabajo arduo y extra, trabajo que en muchas ocasiones no se nos es retribuido, en otras ocasiones, la labor llega a ser del disgusto de los clientes. Sin embargo, la labor docente es un ejercicio que forma individuos, comunidades y sociedades. Pero, ¿cómo funciona?, ¿es correcto lo que se realiza dentro de los centros escolares? De la misma forma en que los alumnos son evaluados para verificar su aprendizaje, los centros escolares, los directivos y los docentes son evaluados para corroborar que lo que hacen como labor, es lo necesario para la sociedad.
Du acuerdo con el informe del INEE 2014 “la evaluación en el aula, de la escuela, de los docentes, del sistema educativo mismo, debe estar orientada a… cumplir con el mejor propósito de hacer realidad el aprendizaje de calidad… para todos los habitantes del país” (INNE:2014;pp. 14-15) Es decir, así como un producto que se adquiere de la industria, la educación debe ser un <<producto>> de calidad no solamente para el cliente directo o alumno, sino para la sociedad como el objeto final.
En este sentido, lo que toca a los institutos por hacer es llevar acabo los objetivos y metas trazadas a los largo del ciclo escolar, pero sobre todo, llevar a cabo la formación humana de cada individuo que participa como actor dentro de un centro escolar para que así, este pueda ser evaluado ya no solamente por las instancias correspondientes, sino por los alumnos, docentes y directivos.
Suena tal vez casi imposible llevar a cabo una evaluación en la que poco tengan que ver las instituciones públicas y más aquellos actores que están estrechamente ligados con la educación, pero suena, de igual forma, a un ejercicio en el cual a los alumnos no se evaluaran para asignarles una calificación numérica, sino una calificación de actitudes que se puedan mejorar, en donde los directivos escucharán las opiniones de aquellas personas quienes reciben la educación; no como un ejercicio donde se agreda a la persona, más bien como un ejercicio donde se puedan obtener resultados para mejora de la institución.
De este modo, serían los actores directos quienes harían mejoras que afecten de forma positiva al ejercicio docente y que puedan formas una crítica constructiva y eficaz.
Probablemente me he adelantado a redactar lo que sería la evaluación al desempeño institucional, pero considero que es de suma importancia esclarecer que son los actores directos – alumnos, docentes y directivos – quienes deberían tener la oportunidad de evaluar al instituto. Muchas veces me he encontrado con situaciones en las que los padres de familia son los que emiten juicios sin razón – casos que se han suscitado debido a la libertad que dan muchos institutos estas personas, y que siempre están en desacuerdo con los planteles sin a veces siquiera haber preguntado a los alumnos – en contra del trabajo institucional. Sé que son ellos así como las autoridades correspondientes quienes tienen que hacer la evaluación del plantel si es que se quiere evaluar el desempeño institucional, sin embargo, poco tienen que ver y poco conocen de lo que realmente pasa dentro de los centros escolares.
La evaluación educativa es una serie de datos que se recolectan para saber acerca del desempeño de todos los actores involucrados en el ejercicio docente. No se tiene que ver como una forma de desprestigiar a un colectivo o como una forma de ver solamente lo malo. La evaluación educativa es un medio por el cual se van a mejorar las cuestiones que no se han estado haciendo de la forma correcta.
El desempeño docente se va a evaluar de acuerdo a las actitudes que se generen dentro del instituto. El trato y la aceptación son otro factor que debe ser visto al momento de evaluar, no puede haber sometimiento ni tampoco abuso de poder. Así también, las estrategias que se están utilizando para llevar el conocimiento al aula y el modo en cómo se relacionan todas las partes.
El proceso de evaluación al desempeño institucional debe ser un proceso de ayuda para los que hacen educación y para los gestores del conocimiento.
 José Juan Ruiz Arenas